Introducción:
La llave de la fuente y, así seguido, multitud de nudos gordianos, puntos de ruptura y similares, son las claves que determinan el progreso y avance en la aplicación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada hace 60 años en diciembre de 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Casi siempre, en algún momento o lugar, se tiene ocasión de topar con una o varias de estas trabas, a veces en manos de una sola persona, grupos privilegiados, organizaciones y empresas.
Sin duda, la resistencia es tan fuerte como su debilidad, pues, solo un elemento es necesario para sostenerlo o derribarlo.
Modelar día a día, aglutinando en equilibrio y armonía es la esencia natural de la existencia del ser humano inteligente libre de condicionantes de cualquier naturaleza.
El esfuerzo es para siempre desde el momento en que se tiene consciencia de actuar en pleno dominio y conocimiento de la voluntad y los límites a superar. El enemigo está en el fondo de nuestra alma y convive a su aire en nuestro interior, condicionando nuestra libre voluntad.
La guerra de nuestra libre existencia está perdida de antemano, si bien, muchas batallas podemos ganar día a día.
Renunciar a los propios condicionantes en beneficio de ampliar conocimiento, contrastar y verificar en libertad, leyes, costumbres y normas, diferentes a las de origen, incluso derechos universales, supone poder optar a decidir libremente a mejorar.
Somos felices así como somos y actuamos?. Somos conscientes de qué somos y queremos?. Qué nos condiciona en verdad?. Estamos dispuestos a luchar inteligentemente como seres humanos por lo que de verdad es esencial?. Dónde están y cuantas personas han encontrado las respuestas a estas cuestiones?. Acaso tenemos miedo a la libertad?. Qué más tiene que suceder y a qué esperamos?.
Casi siempre, en algún momento o lugar, se tiene ocasión de topar con una o varias de estas trabas, a veces en manos de una sola persona, grupos privilegiados, organizaciones y empresas.
Sin duda, la resistencia es tan fuerte como su debilidad, pues, solo un elemento es necesario para sostenerlo o derribarlo.
Modelar día a día, aglutinando en equilibrio y armonía es la esencia natural de la existencia del ser humano inteligente libre de condicionantes de cualquier naturaleza.
El esfuerzo es para siempre desde el momento en que se tiene consciencia de actuar en pleno dominio y conocimiento de la voluntad y los límites a superar. El enemigo está en el fondo de nuestra alma y convive a su aire en nuestro interior, condicionando nuestra libre voluntad.
La guerra de nuestra libre existencia está perdida de antemano, si bien, muchas batallas podemos ganar día a día.
Renunciar a los propios condicionantes en beneficio de ampliar conocimiento, contrastar y verificar en libertad, leyes, costumbres y normas, diferentes a las de origen, incluso derechos universales, supone poder optar a decidir libremente a mejorar.
Somos felices así como somos y actuamos?. Somos conscientes de qué somos y queremos?. Qué nos condiciona en verdad?. Estamos dispuestos a luchar inteligentemente como seres humanos por lo que de verdad es esencial?. Dónde están y cuantas personas han encontrado las respuestas a estas cuestiones?. Acaso tenemos miedo a la libertad?. Qué más tiene que suceder y a qué esperamos?.
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