El sábado 28 de marzo a las 20, 30 horas realicé el ritual de quitar el interruptor general de la luz de mi casa hasta las 21,30 horas, previo encendido de velas en vasitos de te árabe, que recomiendo a quién quiera para la siguiente, por la sensación agradable de ver la danza de la bailarina en llama a través de los cristales rojos de la alambra.
El éxtasis del baile me transportó en la alfombra de Aladino a la pureza del espacio y contemplé emocionado el resplandor progresivo de la ola con el apagado y posterior encendido. La emoción del momento está justificada, al ver los muchos destellos salteados en la oscuridad como velas encendidas invitando a un sentimiento que aún recuerdo y aflora de mi infancia y juventud.
La cita, la situación del momento actual aunado a la asimilación e interpretación del conocimiento de otros semejantes, permite ver e interiorizar que pudieron sentir en su momento, cuanto en bien hicieron para la humanidad por acercarnos al único e infravalorado bien de La Libertad, posiblemente sin saberlo con la intención de que libre de limitaciones y prejuicios nos sirviera a nosotros y no al revés.
El titulo lo asumí como propio, mucho antes de que lo descubrierá en las tapas del libro de su autor, como el de otros muchos, y en verdad lo que me sorprende, es que en múltiples ocasiones seguro le sucede parecido a otras personas que en los momentos de recogimiento y reflexión llegan en cualquier momento y lugar a pensamientos que en muchos casos fueron ya anticipados mucho tiempo atrás por otros.
También ocurre a menudo, leer este o parecidos, enseguida esclamamos que esto o aquello ya lo sabemos, como si nos insultaran, el caso es, sin embargo, que no actuamos en consecuencia, ni parecido siquiera.
No estoy seguro de que aún falte algo esencial para dar el salto, aunque a lo mejor, lo que sucede es que tenemos Miedo a La Libertad.
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