jueves, 23 de abril de 2009

Observaciones a la Propuesta para la reactivación laborar en España

Una propuesta loable, señala en su blog el Sr. Juan Urrutia, un post con entrada a la Propuesta para la reactivación laboral en España de un grupo de investigadores en economía afiliados a distintas Universidades y Centros de investigación españolas y extranjeras, con una larga experiencia en el análisis del mercado de trabajo español y en economía laboral en general.

Sin duda, merecen mi respeto y atención el comentario y propuesta mencionada, ante la gravedad de la situación, tanto es así, que me permito realizar un paréntesis en la tarea que entre manos estoy realizando sobre “Diseñando el modelo de organización” y contribuir al debate desde otra perspectiva.

Mi apreciado Sr. Juan Urrutia, suscribe sin apenas reserva, el contenido de la propuesta por afinidad a su profesión y la solvencia académica de los autores.

Los firmantes, investigadores economistas y académicos de prestigio, aseguran que su propuesta rigurosa e independiente con argumentos sólidos, pretende contribuir al debate sobre la necesidad de reactivación laboral en España ante las ineficiencias y actual problemática existente.

Bien, veamos pues, punto por punto las limitaciones e ideario inspirador excluyente, teniendo presente en todo momento que; cuando hay que tratar una situación, por grave que sea, muy pocas cuestiones son esenciales y prioritarias. Las demás, solo pueden ser importantes en cantidad, grado y orden que se quiera.

En su entrada, señalan que es rigurosa e independiente, sin duda así es, si bien, está condicionada por la escuela, fuente ideológica y dinámica capitalista.

Efectivamente, tienen razón y es verdad, que la crisis económica no tiene un origen laboral y que las medidas tomadas por el gobierno de estímulo fiscal y otras, no han sido eficaces ni lo serán, si no se corrigen los principales problemas que lo provocan.

Proponen crear un “nuevo modelo productivo” que faciliten la reasignación de trabajadores de los sectores obsoletos a los emergentes. En este punto, entiendo, empiezan las discrepancias en la esencia y naturaleza, pues de lo que se trata no es de reasignación de trabajadores a otros sectores, lo correcto es, organizar un “nuevo modelo productivo” reasignando actividades ocupacionales que generen la plena ocupación agregando al trabajo convencional actividades, educativas, formativas y actividades sociales, que dicho sea de paso serían para siempre a lo largo de la vida de cada cual mientras nos podamos valer independientemente.

Ahora pasaremos a los cuatro frentes de actuación que proponen:

Para acabar con la dualidad laboral es preciso simplificar el actual menú de contratos de trabajo con indemnizaciones por despido tan diferentes. (1)…...

En este punto en lo único que estoy de acuerdo es en garantizar la tutela judicial para los despidos por razones discriminatorias o caprichosas, y añadiría para los casos en que el cierre persiga la deslocalización para beneficiarse de menores costes, es en los únicos casos en que se debiera de contemplar indemnización por despido, mejor cuanto más coercitiva sea para el empleador empresario.

Un solo contrato sería suficiente, para contemplar la contratación sea interina, por temporada, obra o indefinida mientras la actividad empresarial exista. No procede indemnización alguna, salvo la indicada anteriormente, de la misma manera que tampoco la hay hacia la empresa si el trabajador se va a otra empresa o se establece por su cuenta.

Pero hay más, en la práctica normal según el plan de contabilidad, las empresas no contabilizan en sus cuentas las obligaciones por indemnizaciones de los contratos laborales que derivan a futuro, con lo cual no aparecen en los balances dichas obligaciones, solo lo hacen cuando se produce sentencia judicial, se hace efectivo el pago, en los casos de suspensiones de pago o liquidación, en las situaciones de cierre ni se contabiliza ni se paga, pues es el fondo de garantía salarial el que se hace cargo dentro de los límites legales.

La mayor garantía de los trabajadores y las empresas es el respeto y libre entendimiento entre iguales y la adecuación eficiente y responsable de la empresa y los trabajadores en el tiempo. Si una empresa, cierra y sus trabajadores van al paro por no adecuarse a las expectativas de supervivencia de la demanda, no parece razonable que encima de quebrar involuntariamente tenga que indemnizar a nadie.

Para mejorar la protección de los parados, el gasto en prestaciones por desempleo debe seguir creciendo y alargar la duración de las prestaciones. (2)….

La complementariedad de actividades educativas, formativas y sociales facilitarían la plena ocupación siendo una inversión a futuro y un bien universal, asimilable al beneficio intangible de imprecisa y anticipativa valoración económica, que pueden generar dichas ocupaciones complementarias individualmente, a la sociedad en su conjunto y a la propia ocupación productiva directa formal.

En cuanto a las subvenciones a las cotizaciones sociales de las empresas, se deben de suprimir. Mejor sería, que el estado destinara dichas partidas a un fondo de cobertura, sin más limitación que la coyuntura, evolución y necesidades de cada momento, para ampliar y complementar los ingresos de los trabajadores por las actividades complementarias en la plena ocupación, pues en adelante, será difícil lograr la plena ocupación si no es con diferentes actividades.

El avance tecnológico y la organización eficiente, aunado al incremento de la población llevan a esta situación de diversificación de actividades complementarias, si bien en el tiempo, en función del crecimiento y envejecimiento de la población, la reasignación y el equilibrio de las plena ocupación se deberán de integrar actividades preventivas de salud como realizar actividades físicas regenerativas a consecuencia del sedentarismo o la vejez.

Las subvenciones directas de cualquier naturaleza a las empresas se deben de eliminar, por ser discriminatorias en la eficiencia económica respecto a las empresas que no reciben subvenciones, además de atentar en la esencia a la libre competencia en relativa y aparente igualdad de condiciones.

Para modernizar la negociación colectiva, los agentes sociales firmaron un Acuerdo Interconfederal en 1997. (3)…

En este apartado, en general coincido, en la conveniencia de que se formalicen convenios sectoriales que en verdad, sería en la esencia el verdadero contrato social y la garantía de los trabajadores y las empresas en cuanto a su relación, en donde se establecería el marco contractual, retribución, jornada, vacaciones, etc. y las condiciones tendentes a lograr la homologación equiparable y equitativa del esfuerzo que aportan los trabajadores y el capital al producto final y los beneficios que se generan.

La eficiencia de los empresarios y los trabajadores son imprescindibles para la obtención de beneficios económicos a repartir en función del esfuerzo objetivo y evaluable de las partes, asegurando la mutua lealtad y supervivencia futura en igualdad de condiciones de trato, obligaciones y responsabilidad.

Para aumentar la eficacia de las políticas de empleo, es necesario orientarlas hacia determinados colectivos y mejorar su gestión. (4)…

La mejora y eficiencia de la ocupación, en especial de las personas de baja preparación, efectivamente solo es posible con políticas e incentivos motivadores que faciliten y ofrezcan seguridad en cuanto a expectativas en actividades complementarias.

Coincido en que se deben de realizar evaluaciones periódicas y rigurosas de conocimientos, habilidades y preferencias de los trabajadores de modo que se pueda optimizar y lograr cierta eficiencia, cohesión y equilibrio social.

También se deben de anticipar con estudios y seguimiento riguroso la evolución de necesidades de consumo actual y de nuevas necesidades, de modo que se pueda organizar y formar a los trabajadores y fomentar la creación de empresas.

Añadir, que los empresarios y profesionales futuros, también deberían de realizar evaluaciones rigurosas de capacitación previo al establecimiento de cualquier empresa, pues el índice del 95% de fracasos en las empresas de nueva creación que apenas llegan a los 3 años, es todo un indicio revelador de que el modelo de organización económico es cuanto menos sospechoso.

Finalmente, como expectativa creíble, han de vislumbrarse en el horizonte, una supervivencia empresarial, unos beneficios razonables y la ocupación plena, así pues, se requeriría una organización equilibrada para poder montar una fábrica, comercio o cualquier servicio donde sea necesario, (parecido a como se hace para montar una farmacia, una administración de loterías, etc., de modo que se garantice el equilibrio de la oferta a la demanda y la expectativa de obtención de beneficios que, estarían relativamente garantizados al armonizar y equilibrar la capacidad de oferta, demanda y los costes en las diferentes localizaciones geográficas que se pretenda.

No tiene sentido ni es bueno para la sociedad, el exceso de cualquier oferta de bienes, productos y servicios si ello supone llevar a la quiebra a quien sea. Y es falso, el argumento de que la competencia, falsamente libre, es buena para la defensa de los intereses de los consumidores.

Se debe de intentar procurar que no sobren, falten, desperdicien o infrautilicen bienes, productos y servicio, y al mismo tiempo, generar la máxima ocupación y posibilitar la mejora y aumento de las rentas más bajas aproximándolas a las medias homologables en nuestro entorno.

Un ordenamiento progresivo y razonable territorial de la oferta, por el procedimiento que sea más adecuado, ajustada a la demanda, sería lo más aproximado a una garantía de obtención de beneficios y equilibrio en atender la demanda eficientemente y estabilidad en el consumo, la plena ocupación y calidad de vida.

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