Los profesionales de la información deben de saber y disponen de medios en cualquier nivel, para responder a cualquier pregunta por el interlocutor que sea, es un intento de aproximación a una realidad aparente, deseable y previsible.
El derecho a preguntar, supone la responsabilidad de saber el qué y cómo preguntar para que la posible respuesta sea lo más aproximada a la objetividad e interés general de los ciudadanos, acotando la improvisación y la especulación, pues, la confusión no debiera ser el objetivo del medio o quien pregunte, ni menos de la fuente.
Naturalmente, los ciudadanos tienen el derecho universal a una información veraz que supone ineludiblemente atender para quien corresponda, el deber de responder veraz, objetiva y fielmente.
Aunque la mayoría de las personas no lo comprenden, no son trasladables los modos y costumbres próximos familiares, ya sea individual o de un pequeño grupo a los grandes problemas sociales y sectoriales, menos si es global. Además, una persona no puede responder ni saber sobre todas las cuestiones, ni siquiera de muchas, y menos con especialidades anexas relacionadas de diferentes actividades.
En los entornos pequeños y reducidos controlables, la evaluación de la situación propia de la información es instantánea y la parte relativa y/o externa predecible a corto medio plazo.
En los entornos a escala mediana y grande la información suele ser rápida, pero gestionarla y analizarla en cada punto de decisión, requiere de grandes medios y personas que suponen perder la inmediatez, además de los factores externos que en cualquier punto y momento puede afectar en los acontecimientos gravemente, en ocasiones a medio o largo plazo, además de la coincidencia del azar.
A todos les afecta en diferente grado e intensidad decisiones de terceros, ya sean sectoriales, colectivas, puntuales o coyunturales, del gobierno o de coincidencias sobrevenidas en el tiempo.
Es radicalmente falso hablar de las grandes manipulaciones o engaños pasadas de cualquier situación, sin que ello suponga descartar puntuales actuaciones interesadas. Solo son extraíbles los resultados de evidentes campañas mediáticas manipuladoras descubiertas o no. Las demás que siguen son la esencia de la historia motivo de estudio y progreso de la civilización, formando parte del devenir del entramado con sus correcciones y adaptación del progreso y actuaciones ilícitas de grupos opresores dominantes.
Una muestra reciente podría ser las armas masivas que movilizaron y motivaron la guerra del golfo, con los efectos por todos conocidos, que sí hubiera sido aceptable por otras motivaciones por quebranto de los derechos humanos o crímenes contra la humanidad.
La información y las consecuencias en el tiempo afectan directamente en cualquier actividad humana, la capacidad de anticipación y previsibilidad razonable y objetiva el antídoto. La información puede llegar a ser irrelevante si se carece del conocimiento necesario de la esencia y naturaleza de las cosas y acontecimientos diarios, además de pasar por alto o llega tarde el punto anterior.
Cuando hay que tratar una situación, por grave que sea, muy pocas cuestiones son esenciales y prioritarias, además de parecidas en la esencia. Las demás, solo pueden ser importantes en cantidad, grado y orden que se quiera.
http://lacomunidad.elpais.com/montejb/posts
El derecho a preguntar, supone la responsabilidad de saber el qué y cómo preguntar para que la posible respuesta sea lo más aproximada a la objetividad e interés general de los ciudadanos, acotando la improvisación y la especulación, pues, la confusión no debiera ser el objetivo del medio o quien pregunte, ni menos de la fuente.
Naturalmente, los ciudadanos tienen el derecho universal a una información veraz que supone ineludiblemente atender para quien corresponda, el deber de responder veraz, objetiva y fielmente.
Aunque la mayoría de las personas no lo comprenden, no son trasladables los modos y costumbres próximos familiares, ya sea individual o de un pequeño grupo a los grandes problemas sociales y sectoriales, menos si es global. Además, una persona no puede responder ni saber sobre todas las cuestiones, ni siquiera de muchas, y menos con especialidades anexas relacionadas de diferentes actividades.
En los entornos pequeños y reducidos controlables, la evaluación de la situación propia de la información es instantánea y la parte relativa y/o externa predecible a corto medio plazo.
En los entornos a escala mediana y grande la información suele ser rápida, pero gestionarla y analizarla en cada punto de decisión, requiere de grandes medios y personas que suponen perder la inmediatez, además de los factores externos que en cualquier punto y momento puede afectar en los acontecimientos gravemente, en ocasiones a medio o largo plazo, además de la coincidencia del azar.
A todos les afecta en diferente grado e intensidad decisiones de terceros, ya sean sectoriales, colectivas, puntuales o coyunturales, del gobierno o de coincidencias sobrevenidas en el tiempo.
Es radicalmente falso hablar de las grandes manipulaciones o engaños pasadas de cualquier situación, sin que ello suponga descartar puntuales actuaciones interesadas. Solo son extraíbles los resultados de evidentes campañas mediáticas manipuladoras descubiertas o no. Las demás que siguen son la esencia de la historia motivo de estudio y progreso de la civilización, formando parte del devenir del entramado con sus correcciones y adaptación del progreso y actuaciones ilícitas de grupos opresores dominantes.
Una muestra reciente podría ser las armas masivas que movilizaron y motivaron la guerra del golfo, con los efectos por todos conocidos, que sí hubiera sido aceptable por otras motivaciones por quebranto de los derechos humanos o crímenes contra la humanidad.
La información y las consecuencias en el tiempo afectan directamente en cualquier actividad humana, la capacidad de anticipación y previsibilidad razonable y objetiva el antídoto. La información puede llegar a ser irrelevante si se carece del conocimiento necesario de la esencia y naturaleza de las cosas y acontecimientos diarios, además de pasar por alto o llega tarde el punto anterior.
Cuando hay que tratar una situación, por grave que sea, muy pocas cuestiones son esenciales y prioritarias, además de parecidas en la esencia. Las demás, solo pueden ser importantes en cantidad, grado y orden que se quiera.
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