A los conocedores y practicantes de las debilidades del juego y el vértigo que produce, similar a los deportes de alto riesgo, no les sorprende la montaña rusa y el caos del tinglado, mal llamada economía de mercado.
La bolsa, las subastas y similares son todos parientes primos hermanos del juego en la esencia y naturaleza de los bajos instintos del ser humano. La adicción y enfermedad arruina a diario a multitud de personas, en esta timba de altos vuelos, en los que desde sellos hasta monedas, pasando por los mercados de valores y futuros se dan cita listos e incautos.
También para los más modestos hay sitio, y sino que pregunten a las operadoras de telefonía y concursos de TV con los actuales premios millonarios haciéndole la competencia al monopolio de loterías del estado y a la ONCE, de cuantos mensajes y llamadas reciben a diario en competencia feroz entre operadoras de telefonía y medios de comunicación, esquilmando los precarios bolsillos de las gentes menos favorecidas por una remota posibilidad de ser agraciados.
Tentado estoy en denunciar al defensor del pueblo por atraco de conciencia. Sé muy bien el buen negocio que esta timba genera en los estertores del capitalismo salvaje.
Que yo sepa, sino se han abolido las leyes al respecto, la publicidad del juego en los medios de comunicación estaba totalmente prohibida.
Solo se me ocurre, que ante la situación tan dramática y como vía de escape de los problemas de las gentes, se hace la vista gorda, de quien corresponda, consintiendo la presunta ilegalidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario