domingo, 3 de mayo de 2009

Sondeos y encuestas

Tres cosas había en la vida; salud, dinero y amor.

Si resulta que el sondeo de Metroscopia para El País, califica el 56% la situación económica familiar como buena, y mala o muy mala del 19% de los encuestados, posiblemente sea más que un indicio, de que algo se ha quedado en el tintero.

Un sondeo, el que sea, tiene multitud de posibilidades de enfoques, actores, situaciones y diseñadores del cualquier sondeo. En una empresa, tras múltiples reuniones de trabajo, un equipo de personas acomodadas, es relativamente fácil, focalizar cualquier sondeo, obviando ingredientes y actores esenciales en la redacción del argumentario.

Efectivamente, existen herramientas que permiten corregir la ocultación o desvío de intención de la toma de datos del muestreo, si bien el problema suele ser otro.

Al caso, parece que el sondeo no muestra en el espejo la situación que vivimos. Tal parece, que en la redacción del sondeo no ha estado representada una parte significativa de los encuestados y así se puede obtener cualquier resultado.

Sin duda, la empresa en cuestión y otras existentes, realizan una labor importante y en multitud de ocasiones, acertada. Por ejemplo, en las encuestas previas a elecciones, en estos casos, aparentemente, el argumentario y análisis del sondeo pueden ser más sencillos. La cuestión se resume a identificar una intención y resultado de voto entre 2 partidos importantes y 3-4 accesorios.

Cuando se pretende entrar en sondeos más complejos, no solo en la redacción del cuestionario, sino en el posterior análisis de la toma de datos, los recursos a emplear, tanto técnicos como humanos son considerables, siendo la mayor dificultad acertar en la redacción de las preguntas a los encuestados.

El perfil, situación, estado de ánimo, y otros factores esenciales de los encuestados condicionan el resultado de la encuesta.

Una encuesta o sondeo, es un producto específico de cualquier empresa especializada, y como tal, su caducidad y validez es breve.

Como alternativa comparativa, el cerebro de cualquiera, que es un encuestador bayesiano, probablemente, sondea afinadamente y obtiene un resultado particular, condicionado parecido al de la encuesta, mientras no aparezca un mago o una empresa de encuestas y sondeos.

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