viernes, 12 de junio de 2009

El síndrome del olivo

La aparente sorpresa por los contradictorios y ambivalentes resultados electorales del PP y el PSOE en las zonas de mayor conflicto ético y moral de los gobernantes y dirigentes, se debe al secuestro y manipulación intencionada de los ciudadanos, produciendo los efectos del Síndrome del Olivo, de simpatía, identificación y adhesión con los denunciados, que deberán de estudiar los psiquiatras.

El mensaje de comunicación es claro, mueve e incita para su conveniencia política, los actos de generosidad, favor y altruismo arraigado en las gentes del mediterráneo y andalucía por su cultura histórica.

El perfil de ciudadanos raptados y convencidos en la esencia, son aquellos que por cualquier razón han realizado en multitud de ocasiones un favor a un familiar, pariente o amigo de cualquier naturaleza, y esta actitud positiva de altruismo de las gentes es la que se ha tergiversado por los políticos para su conveniencia de manera inteligente.

El clientelismo, las gentes de clase media y burguesa de todas las edades y los beneficiados directos de multitud de favores son la marea de votantes secuestrados imperceptiblemente, arrastrando en efecto dominó a otras gentes con similares actitudes, incluso de otro pensar.

Una de las claves está en que la inmensa mayoría de estas gentes, casi siempre realizan los favores a costa de otros, es decir, lo único que aportan como suyo del favor es el tiempo de su gestión y el reservado contacto, siendo el verdadero coste económico del favor a costa de otro. Esta peculiaridad y otras parejas son el detonante boomerang que tan enfáticamente jalean los partidarios y simpatizantes del PP o la de esconder la cabeza bajo el ala de los del PSOE.

Con razón la extrema cautela de los dirigentes desde Génova y Ferráz, recelosos unos de otros de falsos ases en la manga de los que juegan con trampas.

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