Con diferentes motivaciones cada localización geográfica tiene sus espontáneas revueltas sociales más o menos numerosas, desestabilizadoras y provocadoras del orden dominante. La revuelta caótica, el desorden, la agresión y los actos de violencia o vandálicos, sin duda, no son el cauce ni el procedimiento adecuado a emplear por muy legítimas y justas que sean las reivindicaciones que se quieran.
Hace unos días en Irán, ayer y hoy en la región de Xinjiang según El País, y mañana en multitud de otros lugares, siempre parecido por falta de libertad, sometimiento a injusticias, dictaduras de diversa índole, esclavitud descarada disfrazada y adornada con cualquier quimera a ojos de los siempre más desfavorecidos y una larga lista de actitudes y comportamientos, más parecido a como hacen las bestias en lugar de seres humanos civilizados e inteligentes.
Posiblemente estas revueltas desmedidas sean el preludio de otras actuaciones que, posiblemente lleven a otros modos de reivindicación pacíficos mucho más efectivos y civilizados a poco que las personas asuman la eficacia de actuar civilizadamente como seres humanos inteligentes.
Solo se necesita tener claros unos principios y modos de actuar en bien para sí mismo y los demás. Mirar a los pocos movilizadores de la historia pasada y seguir su ejemplo es cuestión de sensatez y eficacia, poniendo en mínimo riesgo la propia vida.
Así, si se quiere se puede movilizar a las gentes a salir a las calles como por ejemplo hacía Gandhi.
No se nos otorgará la libertad externa más que en la medida exacta en que hayamos sabido, en un momento determinado, desarrollar nuestra libertad interna. M.Gandhi (1917 - 1984)
jueves, 9 de julio de 2009
La desesperación social?
Etiquetas:
Anticiparse al miedo
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