El problema es, que sin crecimiento y excedentes económicos no se pueden pagar las deudas y sin el respaldo ciudadano, la iniciativa empresarial y el apoyo productivo tampoco.
Hay que decirlo alto y claro de una vez: efectivamente se necesita hacer un reordenamiento del sistema económico social de modo que, con el esfuerzo que sea necesario por parte de todos, el empleo y el sistema productivo funcione en equilibrio con un crecimiento sostenible, respetando el entorno y las nuevas normas que se tengan que establecer y actualizar, manteniendo e integrando el estu quo del capital en el compromiso de que todos ganen en interés general, sin ventajas para nadie y discriminación alguna.
Se necesita reagrupar la totalidad de las deudas y establecer la amortización al vencimiento que sea necesario, de modo que facilite el crecimiento equilibrado posible, para que se puedan generar excedentes económicos suficientes y atender el servicio de la deuda y la amortización del principal en base a la economía real productiva y no a especulaciones o previsiones impredecibles, imposibles de establecer a priori, por desconocimiento de la situación a futuro, ante la concurrencia en el tiempo por una serie de factores de las diferentes acciones humanas, el aporte de la innovación y el progreso tecnológico.
Todo cuanto ha creado el hombre debe de estar al servicio de los seres humanos y no al revés como sucede en beneficio de una minoría en perjuicio y sufrimiento de la inmensa mayoría.
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